Hablaba sobre la felicidad como si la hubiese vivido,
sobre el amor como si me hubiese salvado,
y como pájaros que me hubiesen enseñado a volar.
Pero no, no había vivido ni la felicidad sincera, ni el amor me había apoyado, ni había aprendido a volar.
Solo recuerdo que caminar por las calles de Madrid de tu mano, me hacía subir al cielo.
Solo recuerdo que abrazarte me daba ánimo,
y tus besos me daban una esperanza que ni yo misma podría encontrar.
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