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lunes, 24 de marzo de 2014

Podría escribirte mil letras
que ni llegarías a oír.

Podría apreciar lo poco que me queda
de ti.

Podría hacer como Neruda,
y escribirte los versos más tristes esta noche…
de abril.

Podría amarte sin condición,
e intentar violentamente volver al pasado y tenerte aquí.

Pero no puedo,
pues sólo soy otro corazón roto más.

Me vale escribirte mil letras,
guardármelas y recordar lo que te llegué a amar.

Y me vale con disfrutar de esos besos
que dejé contigo a medias.

Y llorarte siempre que hicieses falta,
y recordar tu mirada en la oscuridad.

Y cariño, digo fuimos porque tú le pusiste punto y final.

Y ahora, pedir perdón por estos versos,
por convertirte en metáfora y releerte como a un compás;
Porque no soy de esos poetas que escriben por su distraer,
soy de esos que atrapados en un octubre, te escriben en primavera.

Ya nada me queda sin ti.

Sólo te pido que me recuerdes en cada atardecer,
que bailes, fumes y grites a la luna,
sin rencor, y, ojalá, con mi figura ahí.

Y por si fuera poco,
te doy las gracias por hacer olvidar
las cicatrices marcadas en mi piel.

Te pido, una vez más,
que recuerdes que soy la única que te amará de verdad.

Si me preguntan les diré que fue la droga por no decirles que fuiste tú.

Y  juro, como lo hizo Neruda,
que éste será el último dolor que me causas,

y esta desesperación, no irá a más.

lunes, 17 de marzo de 2014

Relato lésbico.

La besé, y me encantó volver a sentir el sabor de sus labios. La deseaba tanto que no dejé pasar ni un segundo. Poco a poco, empecé a subirle la camiseta. Empecé a besar su cuello mientras, con las manos, desabrochaba su sujetador. Antes de empezar a investigar cada centímetro de su cuerpo, yo misma fui quien se quitó su propia camiseta.
Bajé del cuello a sus pechos, y empecé a besarlos con suavidad llegando al pezón. Lo mordí. Seguidamente, subí a su boca y empecé a besarle con intensidad, pero a la vez, delicadamente.
Cada vez las dos estábamos más cachondas y solo con saber que la tenía ahí, se me estimulaba el clítoris.
Antes de que yo pudiera seguir con mi travesura, ella me quitó el sujetador y me susurró al oído ''la ropa nos sobra'' y empezó a besarme mientras con las manos me acariciaba el vientre y la espalda.
Mutuamente, nos íbamos quitando el pantalón.
Bajé a su pierna y empecé a besarla mientras subía lentamente. ''¿Qué esconde ese encaje negro?'' dije levantando aquel pequeño tanga. ''Algo que quiero que conozcas'' me contestó.
Nos desprendimos de la ropa que nos quedaba y empecé a comerle el coño mientras con otra mano le masturbaba. Ella gemía y yo no iba a parar, y finalmente, tuvo un orgasmo y se corrió.
Me agarró del pelo para que subiera y me empezó a besar en los labios, mientras con una mano me agarraba de las tetas y con la otra me masturbaba.
La noche se fundía entre gemidos y gritos de placer.
Dijo que era su turno, y fue bajando. Primero me besaba los senos, bajaba a mi vientre, y volvía a subir, hasta que bajó. Sentí su boca en él y tuve un orgasmo a los pocos segundo. 'Joder, qué bien lo hace' pensé.
Me corrí.
Continuamos la noche entre besos y caricias, y en ese momento, éramos solo ella y yo. No existían los problemas, no existían los demás.

domingo, 16 de marzo de 2014












Recorrer con mi boca tu espalda,
y crear constelaciones con tus lunares.
Recorrer con la yema de mis dedos tus caderas,
y leerlas en braille.
Clavar tus ojos en los míos,
y hacer que nuestras bocas se fusionen haciendo que,
el placer de tenerte junto a mi, se multiplique al sentir tu saliva y tu respiración
quemándome las mejillas y la nuca.
Encender un peta,
tontear con tus manos y
fumar,
juntar tu boca con la mía,
y hacer difícil determinar
quién se fuma a quién.
Quiero dejar de escribirte y empezarte a sentir.

domingo, 9 de marzo de 2014

Quizás no sepa cómo hablar de amor sin mencionarla...

...porque me hablan de besos y les cuento las aventuras que vivíamos yo y tu boca.
Porque me hablan de sonrisas y recuerdo esa curva de la tuya.
Porque me hablan de caricias y solo tengo el recuerdo de tu mano por mi espalda y por mi abdomen.
Porque me hablan de 'te quiero's' y sólo me viene a la mente los que nos decíamos entre lágrimas.
Y, porque me hablan de dolor, y les cuento nuestra historia, con su lado bonito: tú, y el lado que salió dolido: yo.

sábado, 8 de marzo de 2014

Annie.

Hablaba sobre la felicidad como si la hubiese vivido,
sobre el amor como si me hubiese salvado,
y como pájaros que me hubiesen enseñado a volar.
Pero no, no había vivido ni la felicidad sincera, ni el amor me había apoyado, ni había aprendido a volar.
Solo recuerdo que caminar por las calles de Madrid de tu mano, me hacía subir al cielo.
Solo recuerdo que abrazarte me daba ánimo,
y tus besos me daban una esperanza que ni yo misma podría encontrar.